“Uno no canta para uno mismo”, Olman Briceño

Este mes de julio en conmemoración de la Anexión del Partido de Nicoya presentamos en la 870 UCR al joven trovador guanacasteco, Olman Briceño. 

Quien compone canciones sabe que la inspiración nace de múltiples sitios, es en la partida de una muy querida tía que Olman, nuestro artista del mes, se encuentra con la música y con la composición.

Las raíces musicales de Olman Briceño brotan desde la trova costarricense. Sus tendencias artísticas están ligadas a grandes músicos  como Max Goldenberg,  Adán Guevara y Guadalupe Urbina.

La temática  de las canciones de Briceño se inspiran en las luchas sociales, en los paisajes de su tierra y en las raíces culturales que lo identifican no solo como guanacasteco sino como latinoamericano. Las letras de sus canciones combinan las tendencias de la música guanacasteca con la Nueva Canción Latinoamericana y la Trova Cubana. En su guitarra se armoniza la fusión de sentidos y saberes de nuestra región.

Olman ha compartido escenario con grandes artistas, entre ellos Polito Ibañez, Katia Cardenal, Luis Ku, Vicente Feilú, entre otros.

Música y psicología: mezcla imprescindible

Olman además de músico es profesor de psicología en la Universidad de Costa Rica. Por ello, las composiciones de este joven artista están relacionadas con las ciencias humanas y del comportamiento.

Briceño encuentra en la música una vía para entender el entorno. Las letras de este poeta guanacasteco nos transportan entre acorde y acorde a un sinfín de escenarios culturales.

Desde el sol hasta la exploración de los insectos

La temática de los discos de este cantautor se inspira en las luchas sociales, en los paisajes de su tierra y en las cotidianidades de la vida, por eso sus canciones hablan de naturaleza, amor y de raíces culturales.

Olman crea en el 2006 “Princesa de sol”, este disco se  convierte en su primer material oficial y es presentado en varios países latinoamericanos.

En el 2016 Briceño produce el disco “Cuerpos de Luz”, un material que propone convertir la música en luz. En este disco confluyen las problemáticas sociales latinoamericanas con la música tradicional nicoyana.

Olman plantea en “Cuerpos de Luz” una producción eléctrica que mezcla entre sus versos temas relacionados con la fuerza, el amor, la libertad y el tiempo.

La última obra de Briceño se titula Insekto (2018), una producción de micro canciones que explora a los pequeños seres que acompañan nuestra cotidianidad como las arañas, mantis, mariposas y gusanos. En este disco podemos asombrarnos de las diminutas maravillas que están en la naturaleza.

Arquetipos es uno de sus últimos proyectos en proceso, es un disco que plantea reconectarse con los abuelos y las abuelas, así como la conexión con la madre tierra.

También trabaja en un material cuyas protagonistas son las aves. Por medio de esta producción este joven guanacasteco intentará que los que escuchamos sus canciones dejemos por un momento las preocupaciones cotidianas y nos conectemos con el aire, como las aves.

“Uno no canta para uno mismo”, Olman Briceño
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