Señor Loop, la magia de las emociones

Por Trilce Villalobos Mora

San José, Costa Rica. La fría y lluviosa noche del viernes iría entrando en calor conforme Señor Loop se apoderaba del escenario. Los fanáticos de la banda panameña estaban convocados a las 9:00p.m. en el Jazz Café Escazú para el primero de dos conciertos en Costa Rica que acontecieron el fin de semana pasado.

Ya nos lo habían dicho en la cabina de Radio U, iniciarían el concierto con fuerza. Al son de Llegá la agrupación salió al escenario a las 10:25p.m. Con estridentes sonidos hacían entrar al público en ambiente.

El escenario fue un espectáculo de colores que hacían perfecto match con la camiseta que vestía Lilo, el vocalista: un llamativo corazón blanco acaparaba la mirada de los asistentes. Con su afro y su guitarra, apenas se notaba que hacía un esfuerzo para cantar. Su potente voz y su inmejorable interpretación dejaban a los asistentes encantados.

Tan solo 12 minutos después de que la banda saliera a interpretar canciones de sus cuatro discos, ya el público enloquecía con su vibra. De pronto la gente del segundo piso se salía de sus sillas y bailaba. La música de Señor Loop se caracteriza por mezclar sonidos jazz, rock y tropicales, los músicos fácilmente pueden llevar a su público del viaje de la nostalgia al de la euforia.

Precisamente a las 11:02p.m. la banda hacía una pausa no demasiado abrupta en el ambiente, con Guarumo marcaban la cancha, el concierto apenas empezaba y se notaba que aparte de no guardarse nada para el final, tampoco se encajonarían en el confort de ir de menos a más.

La canción Quieras o no del último disco que sacó  la banda panameña en 2013, Vikorg, fue la que puso a bailar a medio mundo. La pieza logró hacer al público pasar de menear la cabeza a menear la cadera, esto también gracias a los aportes del trombonista tico Andrés Cervilla y del maravilloso percusionista Tony Drums, que si bien durante el concierto no robaron luces, es imposible ignorar sus sonidos.

La variación de voz en las interpretaciones de Lilo fueron acompañadas de las impecables interpretaciones de Iñaki, guitarrista y tecladista de la banda, quien junto a Chale, el baterista, entre pieza y pieza se miraban fijamente para cuadrar el inicio y fin de cada canción. Carlos, el bajista fue quien, según el mismo Lilo, ponía el sabor en cada melodía, “sin bajo no hay fiesta” dijo el vocalista.

Los reflectores bajaban poco a poco, pero casi a las 12:00m.n. se encendía, junto al público, una bola de disco, que haciendo juego con las luces amarillas, iluminaban a la audiencia que bailaba al ritmo de Astrodek. Las palmas acompañaban a la banda, clap, clap, clap. La gente metidísima en la onda entonaba el coro de la pieza, se escuchaba al unísono “por las olas, por las olas”.

Luego de una breve despedida el público pedía otra. Sin hacerse de rogar mucho, salieron otra vez a la tarima a interpretar tres canciones más.

Lo que hay marcaría la satisfacción total del público, un público que, como dicen los mismos artistas, los hacen sentir siempre en casa. Al sonar la dulce melodía de la canción, la gente no esperaría a que el vocal entonara las letras, y entonces alzaron sus voces para cantar a capela. Inmejorable cierre tuvieron los panameños al irse en medio de la ovación del público. Eran las 12:30a.m.

Señor Loop dejó tras su paso en Costa Rica, dos fechas totalmente vendidas y a cientos de seguidores encantados con su inigualable estilo musical.

Galería de fotos del concierto.

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